Agra: La ciudad del Taj Mahal

Después de pasar la noche en tren desde Varanasi (unas 12h) hemos llegado a Agra, cuyo principal atractivo es el tan conocido Taj Mahal.

Por la mañana hemos ido a visitar el fuerte de Agra, que por lo que nos dijeron, es muy parecido al de Delhi (al cual no llegamos a entrar). El fuerte en general sí que merece la pena ser visitado, con una hora y media se ve bastante bien, destacando la mezquita de mármol blanco que hay en su interior y las vistas desde una de sus murallas hacia el Taj Mahal. De hecho, en esta fortificación estuvo encerrado el Shah Jahan los últimos años de su vida, desde donde pudo contemplar su gran obra. La entrada cuesta 300 INR pero si se va antes al Taj Mahal y se lleva el ticket de éste último, te hacen un descuento de 50 INR (algo que nos hemos enterado un poquillo tarde).

Después de darnos un merecido descanso en el hotel y en la piscina del mismo, que estaba en la azotea y desde donde se divisaba gran parte de la ciudad, nos hemos ido a la visita obligada del Taj a las 16:00. La entrada cuesta 750 INR por persona y aunque sea posiblemente la más cara en la India, es una visita en la que uno disfruta al máximo y en la que el tiempo se pasa volando. Por ponerle alguna pega, la cantidad de gente que estaba visitándolo, la gran mayoría hindúes, no sabemos si porque estaban de Festival todavía o porque normalmente está así.

Es impresionante cuando entras al complejo y ves el contraste que hace el mármol blanco del Taj Mahal con el cielo azul, que conforme avanza la tarde y va anocheciendo, va cogiendo diferentes tonalidades, hasta que al final parece que se funde con el ambiente. Durante las casi tres horas que hemos estado, digamos que 10 minutos los hemos dedicado al interior y el resto del tiempo al exterior, viéndolo desde distintas posiciones (y por supuesto sacando infinitas fotos).

Además y como colofón, hoy era el último día del Festival, y desde el propio Taj hemos podido ver la ceremonia en la que tiran las estatuas al río (lo que nos habían contado en Varanasi aunque a menor escala), todo ello ambientado con música, baños y bailes.